Mañana moriré, porque ya no tengo sueños, porque la fuente de esperanza de mi corazón se secó, porque ya no tengo ningún camino que seguir y porque en mi horizonte está un abismo oscuro y sin salida ni fondo. Mañana moriré porque me rendà a la praxis, a la razón. Claudiqué al dolor y al sufrimiento y vendà mi alma por un poco de alivio. Alivio que terminó en un estremecimiento eterno de mi corazón por estar agonizando y muriendo poco a poco. Y hoy me doy cuenta un dÃa antes de morir, que la vida no es vida sin haberla sentido; no pensado ni observado; sino realmente haberla vivido con pasión y entrega, con fuerza y no con cobardÃa. Yo me perdà mi valor, y preferà seguir la filosofÃa del puerco, de poner toda mi vida y todo mi ser para buscar lo que la sociedad te dice que busques, el dinero y la seguridad. El alimento y el refugio, no más que una vulgar bestia; y subasté mi humanidad bajo el pretexto de ser realista. Y no me di cuenta de que la realidad está hecha para ser cambiada y sólo la pueden cambiar los soñadores. Querer no es poder, pero no se puede si no se quiere. Tantas cosas me doy cuenta hoy, un dÃa antes de morir, y sólo quisiera un dÃa más de vida para poder vivir de verdad, amar, sentir y ser humano de verdad.
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Si ya perdiste tus sueños, ya moriste hoy y no mañana… pero a la vez, si puedes protestar y sentirlo, es porque nunca los has perdido y porque SIGUES VIVO.
Esto es más una declaración de cambio, un punto de inflexión, pues para mà toda la vida es un dÃa, y la muerte es lo que sigue. Pero, lo importante es darse cuenta de esto, y vivir la vida lo mejor que puedas, aunque no sea la gran cosa.